sábado, 21 de enero de 2012

LA REFORMA DE UNA SOCIEDAD CONTEMPORANEA


LA REFORMA DE UNA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA

El proceso de reforma desde su inicio abarcó unos acontecimientos inimaginables e impredecibles para la mayoría de actores dentro de esta etapa histórica, cuyos participes fueron de carácter tanto académico y social como político.
Nuestra sociedad fue expuesta a cambios evolutivos en primera instancia, dado que fuimos puestos a prueba en la toma de decisiones grupales, en relación al futuro no solo de nuestros compañeros actuales de universidad o espacios académicos, sino el de generaciones futuras, quienes contaban con la participación y puesta en marcha de nuestra respuesta, ante la disyuntiva que nos sorprendía en ese entonces.

La reforma de la ley 30 era la bizarra expresión de un gobierno que pretendía dibujar un camino al cielo con escaleras de espinas, un camino en que nuestra generación no pretendería sacrificar los sueños, visiones y anhelos de los jóvenes que emprenden, luchan y día a día construyen esa utopía llamada Colombia, un sueño frágil y lleno de obstáculos que se entrelazan con la fe y la necesidad  inherente de sobrevivir, de existir y de romper las barreras invisibles que la misma sociedad nos pone como obstáculos muchas veces infranqueables…, es una lucha constante entre la voluntad de reconstrucción social y cultural de una nación y el devenir político-económico de una clase gobernante cuyo gobierno monopoliza y sistematiza una educación publica hacia un estado de debilidad, indefensión , poca o nula autonomía y mala calidad de enseñanza, cuyos recursos son limitados y difícilmente facilitados.

Es hoy donde se da el punto de quiebre, donde mediante un compendio de sucesos miramos con otros ojos nuestra realidad, nuestras posibilidades, es hoy cuando luego de salir a las calles, movilizar mas de 800.000 estudiantes en mas de 35 universidades publicas del país, sabemos que tenemos el control de nuestro futuro, de cuando miramos a tras y observamos los ojos de incredulidad de una sociedad que nos daba la espalda, atónita a nuestra rebeldía y nuestra feraz oposición, que entendemos la inmaterialidad de las ideas, la permanencia de una mente rebelde y de un espíritu elocuente.

Los pilares de la sociedad son los valores y cualidades que podemos enseñarles a las generaciones futuras, nuestros actos demarcan una historia, nuestras ideas,  un momento y nuestras palabras, una voz inmortal que perdura mas allá del tiempo, e impulsa los cambios necesarios que el futuro pueda traer consigo en un mar de intransigencia que la sociedad pueda acarrear, sin lugar a dudas la juventud se alzara en una voz unánime una y mil veces, por un ideal y una meta.

Por Carlos Betancurt, 22/12/2011

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